Constituyen un crecimiento anormal de las células tiroideas que forman un tumor dentro de la glándula tiroides. Pueden ser únicos o múltiples. La gran mayoría de los nódulos tiroideos son benignos, sin embargo, una pequeña proporción de estos nódulos pueden ser cancerosos. Por ello deben ser evaluados por especialistas (Endocrinólogos/Cirujanos de Cabeza y Cuello) para un correcto diagnóstico y tratamiento en estadios tempranos.
La glándula tiroides tiene forma de mariposa y se encuentra en la región anterior del cuello. Su función es producir hormonas tiroideas, que ayudan al organismo a utilizar energía, mantener la temperatura corporal y a que el cerebro, el corazón, los músculos y otros órganos funcionen normalmente.
La mayoría de los nódulos tiroideos no producen síntomas. Generalmente se encuentran como hallazgo en estudios realizados en el cuello por otras causas no relacionadas con la tiroides. En algunos casos son los propios pacientes quienes se notan un bulto en el cuello. También análisis de laboratorio anormales pueden revelar un nódulo de tiroides.
Los nódulos tiroideos pueden producir cantidades anormalmente elevadas de hormonas causando Hipertiroidismo (cuyos síntomas y signos mas habituales son: nerviosismo, ansiedad, irritabilidad, aumento de sudoración, temblor de manos, adelgazamiento de la piel, cabello fino y quebradizo, debilidad muscular); o mas frecuentemente pueden ser hipofuncionantes, es decir que producen menos cantidad de hormonas y dan lugar al Hipotiroidismo (fatiga, frío, piel seca, depresión, estreñimiento, aumento de peso, edema generalizado).
Cuando los nódulos son demasiado grandes pueden producir síntomas por compresión de otras estructuras en el cuello, como la tráquea o el esófago, causando dificultad para respirar o tragar, o ronquera si comprime el nervio que mueve las cuerdas vocales.
Los nódulos tiroideos son muy frecuentes y se estima que a los 60 años, la mitad de la población los tiene. Afortunadamente, el 90% son benignos. Se desconoce la causa de la mayoría de los nódulos tiroideos. La deficiencia de yodo es una de ellas. Haber recibido radioterapia externa en el cuello es otra. Enfermedades autoinmunes como la tiroiditis de Hashimoto, que es la causa mas frecuente de hipotiroidismo, también esta asociada con su formación.
El estudio de los nódulos tiroideos incluye análisis de laboratorio y Ecografía, y en casos seleccionados la Punción con Aguja Fina(PAF), Centellograma y otros.
Los nódulos tiroideos que son benignos o que son muy pequeños para hacerles PAF, deben ser controlados cada 6-12 meses con Ecografía y examen físico por su médico. En el caso de nódulos que son muy grandes y produzcan síntomas por compresión, se recomienda el tratamiento quirúrgico. Los nódulos con diagnóstico de cáncer o alta sospecha de malignidad, deben ser extirpados por un Cirujano de Cabeza y Cuello.
El cáncer de tiroides tiene evolución muy lenta y baja mortalidad, lo cual permite realizar tratamientos curativos con frecuencia. Por ello se recalca la importancia de realizar controles médicos habituales para detectar o controlar nódulos tiroideos ya conocidos y poder estudiarlos y tratarlos en forma temprana.